Publicado en Publimetro

De la rica y prolífica imaginería bíblica me gusta la alegoría a la familia de animales humanos y no humanos que comparten en un pesebre en algo más que armonía. Hay en esa reunión una poderosa evocación de hermandad entre todas las criaturas. No hace falta ser creyente del catolicismo para ver en ella la evocación de un estado de paz original. El burro, el buey, las ovejas y los demás animales convidados a la escena familiar son, junto a María, José y Jesús (o cualquier versión de familia), una representación de la comunidad. Pastoril, ciertamente, pero no por ello menos elocuente del amable sentimiento que suscita la navidad.

Y sin embargo, según la Biblia, en el Nacimiento nadie echó pólvora, ofreció a los visitantes una bacanal cárnica, ofrendó un animal silvestre, ni abandonó a un perro o a un gato por ir al Portal.

Permítame cinco claves para vivir una navidad sin crueldad:

Cero pólvora ¿Sabía que la pólvora aterroriza a los animales por sus agudos sentidos, hace que las aves abandonen sus nidos, ocasiona en los animales abortos y muertes por infarto y causa más extravíos de perros y gatos de los que ocurren durante el año? Mejor sin ella. Que las luces que encienda en navidad sean las de las velitas, los adornos y la dicha de estar en familia. Resguarde y proteja a sus animales en casa.

No al abandono ¿Sabía que navidad es la época en la que más se abandonan perros y gatos? No desampare a un miembro de su familia que jamás lo dejaría. Si es perro, llévelo con usted de vacaciones; de lo contrario, póngalo en manos de un buen amigo o un familiar. Si es gato, déjelo en casa con todo lo necesario. Que alguien de su confianza vaya cada día a mimarlo, alimentarlo, ponerle agua fresca, cambiarle la arena y jugar con él. Recuerde que dos gatos siempre serán mejor que uno.

Sí a la adopción ¿Sabía que ocho de cada diez animales regalados en navidad son abandonados? Llevar a un perro o a un gato a casa debe ser una decisión tomada en familia. Si hay acuerdo sobre este asunto y la idea es que su llegada sea un regalo para todos, adopte a uno de los miles que aguardan en refugios u hogares de paso en espera de una familia ¡Jamás compre a un animal!

Nada de silvestres ¿Sabía que navidad es la época de mayor tráfico y comercio de animales silvestres? Por pequeño que sea, jamás compre o lleve a casa a un animal cuyo hogar no pueda ni deba ser otro que su hábitat natural. Deje a esas extraordinarias criaturas vivir en el único lugar donde pueden hacerlo y regrese a casa a disfrutar del amor de su compañero doméstico.

Dése la oportunidad ¿Sabía que en navidad se sacrifican 15 mil millones de animales para consumo humano? Dése la oportunidad de probar una cena vegetariana o, mejor aún, vegana, aprovechando la deliciosa, nutritiva y variada oferta de productos que hoy existe en el mercado. Haga de su navidad una fiesta de amor y reconciliación con la vida (y su salud).

¡Feliz Navidad y próspero año nuevo para todos los animales!